No hay nada como una limonada recién exprimida en un día caluroso. Es tan versátil: puedes infusionarla con hierbas frescas como menta o albahaca, agregar un puñado de bayas para un giro divertido o añadir un toque de vodka o ginebra para una versión más adulta. El secreto de esta deliciosa receta de limonada es comenzar con un jarabe simple. Esta mezcla de azúcar y agua, cocida a fuego lento hasta que el azúcar se disuelva, garantiza que tu limonada sea suave y perfectamente endulzada, sin azúcar granulada en el fondo del vaso. Ya sea que estés montando un puesto de limonada casera con los niños o simplemente disfrutándola en tu porche, esta bebida es perfecta para las perezosas tardes de verano, barbacoas en el jardín o cada vez que necesites un refrescante capricho.
Qué Necesitas Para Hacer Limonada Casera
Consejo profesional: Para obtener el máximo jugo de tus limones, rueda sobre la encimera con la palma antes de exprimir con un exprimidor de cítricos o un exprimidor. Además, ten en cuenta que el sabor de la limonada puede intensificarse al enfriarse, haciendo que la acidez del jugo de limón sea más pronunciada. Asimismo, el enfriamiento permite que cualquier infusión añadida, como hierbas o bayas, libere sus sabores en la bebida.
Instrucciones Paso a Paso
Haz el Jarabe Simple: Combina el azúcar y 1 taza de agua en una cacerola pequeña. Lleva a fuego lento a temperatura media y cocina hasta que el azúcar se disuelva, de 2 a 3 minutos. Deja enfriar.
Mezcla la Limonada: En una jarra de vidrio, combina el jugo de limón, las 4 tazas restantes de agua y el jarabe simple enfriado. Revuelve para combinar.
Agrega las rodajas de limón y enfría hasta que estés listo para servir. Si lo deseas, puedes añadir más jugo de limón al gusto. Sirve sobre hielo.
La limonada fresca se mantendrá en el refrigerador durante unos 5 días. Asegúrate de almacenarla en un recipiente hermético para mantener su frescura y evitar que absorba otros sabores del refrigerador; agítala bien antes de servir.