¿Qué Es el Baklava?

El baklava es un pastel de capas de masa phyllo relleno de nueces picadas y empapado en un jarabe de miel fragante. Existen variaciones regionales de este postre en todo el Medio Oriente y el Mediterráneo, cada una con diferentes combinaciones de nueces, especias y sabores. Esta receta de baklava proviene del libro The Essential Jewish Baking Cookbook de Beth A. Lee. Es todo lo que quieres que sea el baklava: mantecoso, crujiente, hojaldrado y deliciosamente dulce. ¿La mejor parte? Es sorprendentemente fácil de hacer con solo un puñado de ingredientes.

Ingredientes Necesarios Para Hacer Baklava

Para el Relleno

• • 4 tazas de nueces

• • ½ taza de azúcar

• • 1 cucharada de canela molida

• • ½ cucharadita de nuez moscada molida

Para el Jarabe

• • 1 taza de azúcar

• • ½ taza de agua

• • ½ taza de miel

• • 1 cucharada de jugo de limón fresco (de 1 limón)

• • Pizca grande de sal

• • 1 rama de canela (opcional)

• • 2 tiras de cáscara de naranja (opcional)

Para la Masa

• • 1 taza (2 barras) de mantequilla sin sal, derretida

• • 1 a 2 paquetes (de 16 oz) de masa phyllo comprada en tienda, descongelada (ver nota)

Instrucciones Paso a Paso

1. 1. Precalienta el horno a 350°F (175°C) y coloca una rejilla en el centro del horno. Cubre una bandeja para hornear con papel pergamino.

1. 1. Haz el relleno: Coloca las nueces en una sola capa sobre la bandeja para hornear preparada y hornéalas hasta que estén fragantes, de 7 a 10 minutos. (Deja el horno encendido para hornear el baklava). Deja enfriar las nueces hasta que estén tibias al tacto. En un procesador de alimentos, combina las nueces, el azúcar, la canela y la nuez moscada, y procesa hasta que la mezcla se asemeje a arena y pequeñas piedras. Transfiere la mezcla a un tazón mediano y reserva.

Haz el jarabe: En una cacerola pequeña, combina el azúcar, el agua, la miel, el jugo de limón, la sal, la rama de canela (si la usas) y la cáscara de naranja (si la usas). Lleva a ebullición a fuego medio (vigila cuidadosamente para que no se desborde), reduce la temperatura a baja y cocina a fuego lento, destapado, durante 5 minutos. Deja enfriar el jarabe hasta que estés listo para usarlo.

Prepara: Cerca de una superficie de trabajo limpia y plana, coloca un molde para hornear de 9×13 pulgadas, un pincel de repostería y la mantequilla derretida. Coloca suavemente la masa phyllo sobre la superficie de trabajo y, usando un cuchillo afilado, recorta las hojas en rectángulos de 8×12 pulgadas para que quepan en el molde. (Puedes desechar las partes que recortes). Cubre la masa phyllo con papel plástico y un paño de cocina para evitar que se seque.

Arma el baklava: Unta mantequilla derretida en el fondo del molde. Agrega la masa phyllo, 2 hojas a la vez, rociando con 2 a 3 cucharaditas de mantequilla después de cada 2 hojas. Cuando llegues a la 14ª hoja, agrega ⅓ del relleno (aproximadamente 1¼ tazas), esparciéndolo uniformemente sobre la superficie. Luego agrega 6 hojas más de phyllo, rociando mantequilla después de cada 2 y añadiendo otro tercio del relleno encima de la sexta. Repite las 6 capas de phyllo y mantequilla, y agrega el tercio restante del relleno encima. Termina la capa como comenzaste, con 14 capas más de phyllo, untando mantequilla después de cada 2. No untes la capa superior.

Corta: Para cortar el baklava, usa un cuchillo muy afilado y corta completamente a través de las capas. Puedes hacerlo simple y hacer 24 cuadrados, o cortar cada cuadrado en forma de diamante. Si es tu primera vez haciendo baklava, comienza con los cuadrados para acostumbrarte a cortar la phyllo. Si queda mantequilla, viértela en las líneas cortadas.

Hornea: Hornea el baklava durante 40 a 45 minutos. La parte superior debe estar dorada y deberías escuchar que burbujea.

Agrega el jarabe: Deja enfriar el baklava durante 5 minutos; luego usa una cuchara para rociar el jarabe en todos los cortes. Deja enfriar completamente antes de disfrutar, unas horas o durante la noche.

Almacenamiento

El baklava se puede almacenar en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante un máximo de 5 días. Para un almacenamiento más prolongado, puede refrigerarse durante hasta 2 semanas, o congelarse por hasta 2 meses. Descongela a temperatura ambiente antes de servir.